´

´

´

´

Dentro del Plan de Manejo Ambiental de El Quimbo se encuentra el programa de monitoreo del río Magdalena aguas abajo del embalse, en el cual están contempladas las actividades de monitoreo y seguimiento a la calidad de agua del mismo.

 

Por esta razón, EMGESA ha venido desarrollando de manera constante actividades de monitoreo de la calidad del agua que se descarga del embalse, para con ello garantizar que el recurso hídrico que ingresa a Betania cumpla con los requerimientos de calidad para no afectar la piscicultura que se desarrolla allí.

 

Para realizar esta tarea, EMGESA y el laboratorio Daphnia, encargado de esta labor, han desarrollado tres tipos de monitoreos. El primero de ellos se denomina “tipo perfil” y se hace con una frecuencia semanal en 11 puntos que se encuentran dentro del embalse. En ese monitoreo se realiza un muestreo de aspectos físico-químicos de la calidad de agua del embalse y cada dos semanas se hacen evaluaciones de los componentes hidrobiológicos como comunidades orgánicas: peces y otros organismos vivos.

 

El segundo tipo de monitoreo, denominado “Nictimeral”, se realiza en 5 puntos dentro del embalse y aunque la frecuencia de evaluación es semanal, estos puntos se monitorean las 24 horas del día. El tercer tipo de monitoreo es el “general” y se realiza en los afluentes secundarios del embalse dentro de los que se encuentran las quebradas La Yaguila, Garzón, La Guandinosa y Rioloro, así como en el río Suaza. Este permite evaluar la carga orgánica que estos afluentes secundarios están trayendo al embalse.

 

Por otra parte, EMGESA ha establecido unos monitoreos adicionales, los cuales se denominan “In Situ”, y se realizan en puntos que se encuentran aguas abajo del embalse. Su función más importante es la de monitorear el comportamiento del agua que sale de El Quimbo para garantizar así que no haya afectación a la piscicultura en Betania.

 

Desde que la central hidroeléctrica El Quimbo reinició operaciones el pasado 10 de enero, el nivel de oxígeno que ingresa a Betania es superior a 4 miligramos por litro, cumpliendo así con lo mínimo requerido para la supervivencia de organismos vivos en el embalse, especialmente los peces.