El desarrollo de este programa, que cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional, es un aporte científico que contribuye con el patrimonio cultural del departamento del Huila. Con el lanzamiento del libro “Arqueología en el Valle de la Tristura, Sur del Alto Magdalena Huila”, se documenta el valioso trabajo de campo realizado por arqueólogos expertos en el área de influencia del Proyecto Quimbo.

Con el fin de contribuir con la búsqueda y preservación del patrimonio arqueológico existente en el área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo en el departamento del Huila, se definió en el Estudio de Impacto Ambiental, el programa de arqueología preventiva.

El desarrollo de este programa cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional, quien a través de un equipo de expertos arqueólogos con licencia de intervención sobre el patrimonio arqueológico llevó a cabo trabajos de investigación en los municipios del área de influencia, en donde el principal objetivo estuvo centrado en documentar los patrones de ocupación, el cambio sociocultural y las condiciones de vida de las poblaciones prehispánicas y pos hispánicas en la zona del embalse del Proyecto Quimbo.

Este trabajo de campo quedó recopilado en el libro  “Arqueología en el Valle de la Tristura, Sur del Alto Magdalena Huila”, en donde se registra esta actividad científica realizada por el equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional, ampliando los conocimientos culturales de la región.

“Nuestro compromiso como Compañía es aportar a la protección y el cuidado del patrimonio arqueológico de la zona de influencia de El Quimbo y la mejor forma de hacerlo es a través de la investigación científica apoyados en expertos de la Universidad Nacional. Quiero hacer un especial reconocimiento al equipo de arqueólogos que desarrolló la investigación, ya que los hallazgos representan un aporte cultural y académico importante para el patrimonio cultural de la Nación”, afirmó Lucio Rubio Díaz, Director General de Endesa en Colombia.

Durante las excavaciones arqueológicas se realizaron más de 900 pozos de sondeo, en donde se recuperaron fragmentos cerámicos, vasijas restauradas y artefactos líticos.